lunes, 30 de junio de 2008

jueves, 2 de agosto de 2007

SAMUEL CAMINA POR LOS SCOUTS DE TALCA





Samuel Soto de la Cruz carga con culpa del obispo de Talca mientras es flagelado por el ridiculo, el temor y la apatía. Defiende por su nuevo hijo al Grupo Scout Nuestra señora de la Paz , que le dio la identidad como hombre cívico y que lo forjó en lo moral mientras le entregaba los momentos mas felices de su vida. Todo por un mañana pleno de hombres nobles y comprometidos con los principios y valores del escultismo.

viernes, 11 de mayo de 2007

LAS EXCUSAS DE LOS CENSURADORES

;ieot~r Luis Labarca ~
t 56-9-9338819
171/2 Oriente 881
Talca
>From: #Eduardo Bravo~ >To: Hécbr Labarra Rocco, 'Mart Ve~qo" >SubjccÉ: scnyflrothers--.>Da~ -~ 30 Jan 2004 [9:43:41-0300> >Mano y Héctor: > >


Lo lamento, el artículo fue sacado por 'panfletario, sin contraparte" y por un estilo que el séquito en pleno consideró como "conversación de café". Esto último justificado en la blandura del entrevistador para con el entrevistado, es decir, las preguntas no tienen el "pero, ¿cómo... si la municipalidad dice que te falta este papel...? ". Etc.
"Reonozco que está bien escrito, pero sale de la línea de lo que habitualmente escribe Verdugo, dice Marco Salazar. "Reconozco también que es un hecho público, pero si Verdugo se mete a escribir sobre un hecho público, en desarrollo y polémico, tiene que adoptar las precauciones de incluir la contraparte", concluye el director de este diario.
Demás está decir que yo como editor lo defendí porque creo firmemente que es un claro upercut a la burocracia, un mordisco al estado kafkiano de ciertas cosas, y un buen tratado sobre cierta mentalidad talquina que habitualmente provoca calvarios como el que sufre Samuelito.
Reconozco que es altamente unilateral, pero a lo menos es divertido e insólito y no menos unilateral que otras noticias que publica el diario. Asumo también que como editor acepté que se escribiera sobre el tema, me hice responsable, y por lo tanto tuve resistir las púas del séquito y finalmente (después de caldear la pecera) morder el polvo y buscar un artículo que no fuera muía para su reemplazo.
A veces así es mi trabajo, fuck...


Eduardo Bravo

LA CENSURADA ENTREVISTA

El calvario de un maulino

** Para instalar su negocio, a Valdés le piden uno y mil documentos. La patente se entrampa. La solicitud se extravía. La reunión se posterga. La paciencia se pierde. Valdés, que hasta ahora ha sido ateo y científico, decide recurrir a una manda, a un milagro: fabrica una cruz y peregrina hacia el municipio. He aquí su historia y sus reflexiones. Los ladinos ojos de Talca y el absurdo burocrático

Por Mario Verdugo

Martes 26 de enero, once de la mañana. Mauricio Valdés Jonquera, geólogo, inicia su peregrinación desde Once Oriente con Uno Sur. Está vestido de huaso, con una chupalla recién comprada y sandalias que semejan hojotas. Los transeúntes no parecen prestar demasiada atenci6n a la inusual performance que a esa hora se desarrolla bajo el incipiente -pero ya implacable calor del mediodía. ¡Chao, Dios!, mira al compadre con la cruz allá en la esquina", son las únicas manifestaciones de extrañeza o descreimiento que Se Oyen entre bocinazos y resoplidos. Valdés se echa al hombro su cruz: de plumavit de unos dos metros de largo, forrada en cinta, y se encamina con la vista al frente, sin pudores ni mal humor, rumbo al edificio donde por casi tres años ha intentado legitimar su microempresa: una residencial, un motel, un lugar para alojamientos, un comedor con piezas, o como se le llame bajo la maraña de certificados, autorizaciones, notificaciones, patentes y demás hitos de una jerga con resabios de nomenclatura y delirio kafkiano.
Como el Michael Douglas de "Un Día de Furia" aunque sin pistolas ni salidas de madre o como el Michael Moore de «bowling for columbine" descontando las cámaras y los psicópatas, Mauricio ha decidido emprenderlas contra las engañifas del aparato estatal, contra las salas de espera, contra las falsas promesas, contra ese sistema que incluso le ha pedido un documento donde figura a la vez como arrendador y arrendatario. Con toda justicia o perdido en la impaciencia, recorre las calles del centro ante talquinos impasibles. Los más sonrientes, pero difícilmente cómplices o enemigos. A su lado pasan familias, monjas, carabineros, mascotas, niños en grupos de cuatro o cinco, abuelas con estampa de venir de misa, empresarios circunspectos, chicas de vacaciones... Nadie reclama, pocos solidarizan. Talca confirma el mito del poblacho soñoliento y carente de idealismo, el que asimila sus brotes de vanguardia o disenso con apenas un par de astutas maniobras.
Valdés Jorquera ~ más bien Samuel Soto De la Cruz, el personaje bucólico que ha creado especialmente para la occsi6m ingresa al municipio a timbrar el último de los documentos exigidos. Sale con un rostro satisfecho, en el que se contunden el escepticismo y la fe. Una periodista lo aborda. Otro talquino sonríe. Pasarán los días y las autoridades dirán que es él el equivocado, el que hace mal las gestiones, el que presenta los papeles que no debe.

Vamos primero a la reacción talquina. Resulta que tú comienzas una peregririación o más bien un vía crucis desde la Once Oriente con uno Sur hasta la Municipalidad. Aparte de alguna exclamación, una sonrisa, la gente no parece haberle dado demasiada importancia al hecho. ¿Es esto una característica de Talca, que nadie se tome el tiempo de mirar o hacer comentarios aunque se llene el centro de hombrecitos verdes o de elefantes rosados?
Se finge normalidad. Es lo que algunos llaman ninguneo. En muchas partes tú no existes o te vuelves invisible. Y acá habla un tipo que venía con chupalla y una cruz al hombro. Lo miraban pero enseguida seguían con la vista fija en las vitrinas y hacían como si no hubiera pasado nada. Sólo una persona me preguntó si se trataba de algo de la Iglesia. Nadie encara. Es típico de una ciudad que no sabe dialogar, que vive con una mordaza, que no se quiere comprometer, que dice 'yo de política y religi6n no hablo'. Si hay desesperanza, entonces de qué me sirve alegar en la fila. No se razona y así se funciona.»

Yo tengo la impresión que acá siempre han pasado cosas parecidas, que todos los días alguien se echa una cruz al hombro, por ejemplo, pero que todos preferimos hacemos los tontos, tirar una talla común y seguir de largo...
«Es por eso, la falta de diálogo. Es una ciudad silenciosa, ladina. Para no meterse en líos, Talca prefiere hacerse a un lado. Después arregla las cosas entre murmullos."
¿Cuál es la razón de esta improvisada vestimenta de huaso? ¿Quién es el que ridiculiza al huaso, tú o tos funcionarios?
"Samuelito es un personaje talquino, el que va a un organismo público. Se baja de la micro, viene con poco tiempo para hacer sus trámites, y prefiere dejar guardada la chupalla en el terminal para que no lo discriminen. Llega a esta repartición, pero no se da cuenta que sigue con la chupalla marcada en la cabeza y hablando con ese típico acento del campo. Con Samuelito, estos señores hacen lo que quieren y le piden mil papelitos. Y Samuelito, que es diligente porque luego tiene que regar la chacra, hace todo rápido y junta todos los papeles en un día. Entonces van y le piden más papeles y hasta el júnior le pide otro más. Eso hacen con nosotros los talquinos medios.

Tú dices que siendo un científico has debido recurrir a ciertos usos religiosos. ¿Suele ocurrir esto cuando se pierde la paciencia? Te lo pegunto también porque siendo geólogo alguna vez tuviste que encontrarte con maravillas o con misterios que te hicieron pensar en elementos divinos, y sin embargo el sentimiento religioso si es que se le puede llamar así-, aparece por una cuestión de lo más trivial: una patente que se demora
"Bueno, Samuelito ha recurrido a todo lo humanamente posible, a su capacidad de observación de la naturaleza, y ya no entiende lo que pasa acá en el pueblo, que parece otra dimensión, una dimensión origami, donde todo es de papel. Y ya de frentón, yo, Mauricio Valdés, geólogo, después de haber trabajado dentro y fuera del país, ya no puedo hacer nada contra el letargo talquino. He recurrido a mal instancias y la lógica no aparece. Es puro absurdo, intoxicante. Mejor atribuido a cosas divinas para vivir más tranquilo. He sido ateo toda mi vida y lo único que me queda en estos momentos es recurrir a una manda ya la opini6n pública.

Es difícil saber si uno tiene o no razón cuando reclama por estas cosas. Tal vez dentro de las reglas burocráticas, tú estes completamente equivocado, pero seguro lo que atacas es precisamente ose orden de papeles y solicitudes que siempre nos deja fuera, que siempre nos posterga y nos hace sentimos hasta desamparados. Te pongo un ejemplo:Tú tienes un contacto de arriendo donde figuras como arrendatario y arrendador, te cobras tanta plata al año y si no te pagas, te demandas y te mandas preso. A lo mejor non burocráticamente necesario, pero nunca vamos a coincidir que es razonable.
Uno es el tonto. Me han dicho muchas veces que no siga con esto porque aquí el que pretende hacer las cosas legales, no las termina nunca. Todos saben eso: la vía alternativa es la que funciona. En Chile pareciera que no hay divorcio ni aborto, pero sí los hay, a la mala. Todos me dicen que ponga plata o que me consiga un amigo que trabaje en la Municipalidad. Peno yo voy por la vía legal. Me parece que Talca está asfixiada, truncada, sin proyecciones y me da pena como talquino ver que empresas de afuera reemplazan de inmediato a estos talquinos que hacen todo a la mala, buscando la amistad del funcionario o del carabinero para solucionar sus problemas. Es parte de la cultura local.

Según tu parecer, ¿tiene este acto público, porque fue un acto público, alguna connotación artística deliberada? ¿Fue, además de un alegato personal contra la burocracia, una especie de acción de arte?
'yo decidí abrirme hacia la comunidad. O más bien Samuelito, de quienes todos se ríen en los organismos públicos. Es el retrato de un talquino que vive dentro y fuera de la ciudad. Como te ven te tratan. Nos tratan mal, a menos que llegues con corbata y hablando fuerte.»

¿Puede tú vía crucis abrir una nueva era de reclamos contra la burocracia, donde ya no prime el grito pelado sino acciones simbólicas más sofisticadas?
"Es un llamado de atención, en silencio. La gente verá de qué se trata. Samuelito iba cargado de una cruz blanca, una cruz de pendón. Lo cierto es que a los cuarenta anos recién puedo hablar con propiedad de cómo es Talca. Me fui a los 18 y no sibia estas cosas. Conocí el mundo, trabajé en varios países y ahora me encuentro con Talca, la verdadera Talca, con las mismas caras de siempre. Donde nada cambia, donde nada se mueve, donde nadie discute, aunque alguien pase con una cruz por la Uno Sur.

jueves, 3 de mayo de 2007

viernes, 20 de abril de 2007